el final y no hay vuelta atrás, estás frente a frente a tu peor enemigo, no hay escapatoria, solo hay una salida: ser el vencedor o el perdedor, salir con vida o game over. Sabes que las oportunidades son pocas, te quedan pocos corazones, no tienes pociones y piensas que bien me vendría una hadita en este momento, no hay oportunidad de resucitar, sólo queda la habilidad con la espada, estudiar bien los movimientos, conseguir esquivar los golpes. Link contra Ganon, Ganon contra Link, él juega con ventaja, es más fuerte, tiene el mal corriendo por sus venas, llevas un buen rato jugando a su juego, cree que tiene el combate ganado, va muy confiado en sus posibilidades, lucha con demasiada seguridad. La mano de Link sujeta la espada con firmeza, consciente de que su muerte está cerca, pero la rabia crece cada vez más en su corazón, en su mente se agolpan de repente las vivencias de los últimos meses, Hyrule, sus habitantes, Midna, y sobre todo Zelda, su princesa, debe volver a reinar la paz, la belleza de sus ojos, su pelo liso mecido por el viento, siente como la rabia pasa de su corazón a su mano y como ésta se la transmite a la espada. Respira hondo, busca a Midna y Zelda con la mirada, solicita a la diosa que le ayude en esta batalla final y con paso firme y tras un ahora o nunca, se dirige hacia Ganon. La batalla final ha comenzado.