El aborto es un tema espinoso, de esos de los que existen 100.00 opiniones y no se llega a ningún acuerdo.
Para mí, es un crimen, uno de los más aberrantes que existen en este mundo, y lo digo sin guiarme por creencias religiosas y/o políticas, me mueve el respeto a la vida, ya sea la de un adulto, un niño, una flor o una simple hormiga. Mi respeto a algo tan grande como es la existencia de un ser vivo.
La vida es tan grande que no puedo entender como alguien puede arrebatársela a su propio hijo. Ya sé que hay mil razones por las que una mujer llega a dar este paso, y como hay de todo en esta vida, algunas lo hacen con frivolidad y otras les cuesta la vida. Es verdad que yo no me he visto en esa situación y espero no verme jamás en una situación como esa.
El aborto se vende como un derecho de la mujer, es verdad que nosotras tenemos que soportar 9 meses de embarazo y después dar a luz, y un embarazo no deseado no debe ser muy agradable pero no nos podemos saltar a la torera dos derechos más: el del padre (responsable del 50 % de la vida de ese nuevo ser) y el del propio niño, es decir, su derecho a vivir. No me sirven los discursos feministas (el feminismo me parece igual de dañino que el machismo) en el que se dice que, en el cuerpo de la mujer solo manda la mujer o aquellos que afirman que los embriones no son seres humanos, son un conjunto de células, algo que me lleva a preguntar, y nosotros que somos ¿no somos un conjunto de células?
Pero mi primera entrada no quiero centrarla en aborto si, aborto no. Me gustaría centrarlo en el derecho que tiene la mujer (por lo menos en España) de abortar a un niño por ejemplo con sindrome de down o alguna enfermedad genética o malformación detectable antes del nacimiento.
Estando en un país en el que se lucha por la igualdad, no es ésta una discriminación por ser diferente, por no ser lo que se considera 'normal'? ¿Quienes somos para decidir si una persona debe vivir o no, sólo por tener una enfermedad? Ningún padre está preparado para la enfermedad de un hijo, todos desean la salud perfecta de aquello que más quieren, pero decidir si matarlo o no porque tenga una discapacidad es, desde mi punto de vista, horrible. ¿Que haría yo si el día de mañana me dijesen que mi hijo va a nacer con una discapacidad? Seguramente primero lloraría todo y más, puesto que sé lo que es vivir desde ese lado, y si no se lo deseo a mis enemigos, a un hijo me mataría por dentro, pero después intentaría aceptarlo, me podría en su lugar y haría lo que yo hubiese deseado que hiciese mi madre en ese caso: dejarme nacer.
Esta sociedad todavía no está preparada para los discapacitados, los seguimos mirando como personas distintas, con lástima, pero no pensamos que son personas felices que son infelices por culpa de los demás, por nuestra intolerancia y por la mala educación que damos a nuestros hijos. Sí, no sabemos educar. Un niño con una discapacidad o con alguna enfermedad no es consciente hasta que los demás no se meten con él, ahí reside el principio de sus complejos, ahí comienza su infelicidad, ahí empieza a odiarse a sí mismo introduciéndose en un bucle en el que es muy difícil encontrar la salida. Pero ahí están los padres para apoyar al niño, para enseñarle que la sociedad está equivocada, que el no es raro, ni anormal, que son los demás que tienen la mente cerrada ante algo que no se amolda al canon establecido. En la vida hay salud y enfermedad, es normal, unos tienen suerte y durante toda su vida sólo han tenido un catarro y otros vienen a este mundo con síndrome de down, de angelman o con 2 dedos menos en una mano. Ojalá todos fuésemos seres sanos pero ante esa imposibilidad biológica y natural, debemos mirarlo desde otra perspectiva, ayudar a las familias que la necesitan ante un niño enfermo y enseñar a la sociedad a dejar la lástima a un lado, es lo peor que puede hacer alguien, mirarte con lástima.
Yo lo tengo claro, no abortaría jamás a un hijo, no sé de donde sacaría las fuerzas para sacarlo adelante, no sé lo que tendría que hacer, pero lucharía por él todo lo que mi cuerpo aguantase por esa vida. Una vida con su propio cuerpo, con su propia alma, con sus propios genes. Es cierto que las mujeres tenemos la gran suerte de albergar dentro de nosotras una vida nueva, que desde el primer momento de la concepción es un cuerpo nuevo, es cierto que todavía no tiene la forma pero sus células se están dividiendo para ello. Por lo tanto tiene derecho a vivir.
Después está el padre, aquel que ha puesto la otra mitad, ¿por qué un padre responsable tiene que vivir con el recuerdo de un niño que podía haber nacido si su madre le hubiese dejado? ¿Por qué él no puede formar parte de esa decisión?
Si no quieres tener hijos nunca jamás en tu vida ya sabes lo que tienes que hacer, poner medios al respecto: métodos anticonceptivos o la esterilización, es así de sencillo.
Si quieres tenerlos y no es el momento, pon medios por favor, sexo seguro y con cabeza, que es lo que hace falta, vivir la sexualidad de una forma consciente y no a lo loco.
No se puede justificar un crimen y menos con alguien que es parte de ti por ser resultado de una borrachera o por no ser lo suficientemente valiente para afrontar una adversidad. Puedes abortar a un niño con una discapacidad y después tener un niño sano, pero la vida es muy larga y puedes verte en una situación peor por un accidente de coche o por cualquier otra razón.
Todos tenemos derecho a vivir, por lo tanto hay que pensárselo dos veces antes de arrebatar una vida, acto del que luego te puedes arrepentir.
PD: He dejado a un lado el caso de las violaciones puesto que ese es un tema demasiado doloroso y en el que la mujer se ve en una auténtica encrucijada.
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