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Un hombre sabe que en unas horas llegará un tsunami a la playa junto a la que reside. No puede huir. Vive allí desde hace demasiado tiempo, no tiene dónde ir, todas las carreteras están cortadas. Así que decide esperar.
Algo parecido a esta tragedia anunciada explicaba ayer un dirigente socialista al analizar a media tarde la jornada electoral: “La única duda es si el tsunami nos ahogará a su paso o podremos seguir nadando”.
El tsunami del 22-M dejó al PSOE con su peor resultado de la historia en unas elecciones municipales (27,8% de votos), casi 10 puntos y dos millones de votos menos que el PP, que logró duplicar la distancia que sacó aquel histórico 1995 que preludió la derrota socialista en las elecciones generales del año siguiente tras 14 años de poder.
“Es”, resumió la portavoz socialista Elena Valenciano antes de que se iniciara el lento goteo de malas noticias, “la expresión de un malestar colectivo y legítimo” por el incesante aumento del número de parados. El PSOE perdió 1,5 millones de votos respecto a 2007. José Luis Rodríguez Zapatero asumió como propio el fracaso, reconocer la dolorosa derrota y atribuir el tremendo castigo electoral a los tres años de crisis económica.
El PSOE analizará hoy estos resultados para determinar si el tsunami que vio llegar y no pudo esquivar les permite seguir nadando hasta la orilla de marzo de 2012, fecha prevista para las próximas elecciones generales, según aclaró Zapatero a los periodistas cuando todas las encuestas vaticinaban a mitad de campaña este descalabro electoral.
Elecciones generales. El PP quería una victoria abrumadora como palanca para forzar un cambio mayor mediante el adelanto de las elecciones generales, que ayer ya pidió Esperanza Aguirre. El partido de Mariano Rajoy obtuvo su mejor resultado de la historia con un porcentaje de apoyo (37,58%) que supone casi dos puntos y 400.000 votos más que en 2007 además de una inmensa distancia en concejales con el PSOE (más de 4.500). Fue la fuerza más votada en todas las comunidades donde se celebraron elecciones (salvo en Navarra y debido a su ruptura con UPN) y tan sólo hay dos autonomías donde a partir de mañana no tiene posibilidades de formar Gobierno.
Los socialistas confían para seguir hasta 2012 en la estabilidad parlamentaria que tienen garantizada y en que PNV y CiU, sus dos aliados posibles, prefieren nueve meses con un Gobierno necesitado de apoyos antes que un Ejecutivo del PP con mayoría absoluta. “Mi objetivo es terminar la legislatura para culminar las reformas imprescindibles que necesita España”, señaló anoche Zapatero acompañado de una representación simbólica del poder en el PSOE: la vicepresidenta Elena Salgado, el vicesecretario general José Blanco, la ministra Leire Pajín, el portavoz parlamentario José Antonio Alonso y la portavoz del partido, Elena Valenciano.
La batalla autonómica. El PP mantuvo sus mayorías absolutas en todos los feudos donde gobernaba (Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla y León, La Rioja y Murcia) y podrá hacerlo tras el 22-M en Asturias (en alianza con Álvarez-Cascos), Cantabria, Castilla-La Mancha, Baleares. En Canarias y Aragón, donde son la fuerza más votada, deberán cerrar pactos con otras fuerzas minoritarias para mandar. Solo en Navarra y en Extremadura pueden quedarse fuera del Gobierno.
UPyD, el partido de Rosa Díez, entró en muchos Ayuntamientos de la Comunidad de Madrid, incluida la capital. En algunos de ellos del denominado cinturón rojo donde el PSOE es hegemónico su voto será clave para configurar mayorías absolutas.
Bildu, segunda fuerza política en Euskadi. La coalición electoral formada por Eusko Alkartasuna, Alternatiba y los independientes vinculados a Batasuna, prohibida por el Tribunal Supremo y autorizada por el Constitucional, se convirtió en las elecciones de ayer en la segunda fuerza política en el País Vasco, con votos suficientes para gobernar en solitario en 74 municipios, intentarlo en otros 22 donde han sido la fuerza más votada y condicionar la formación de mayorías absolutas en otros muchos pueblos.
La abstención y el Movimiento 15-M. La irrupción en el ecuador de la campaña electoral del movimiento Democracia Real Ya con una manifestación multitudinaria en Madrid y con siete días de acampada en la Puerta del Sol y en plazas del centro de decenas de ciudades españolas y el extranjero desencadenó todo tipo de teorías sobre su efecto en el 22-M.
Algunos predijeron que la protesta de decenas de miles de personas en toda España causaría un aumento de la abstención como consecuencia del mensaje que lanzaban en las concentraciones contra los partidos mayoritarios —que en las elecciones locales y regionales aglutinan más del 70% de los sufragios— y contra el sistema electoral. Sin embargo, la participación se mantuvo estable en toda España con un aumento de casi un punto. El partido que arrasó ayer en las elecciones municipales y autonómicas, el PP, es el más alejado de cuantos existen en el arco parlamentario de las reivindicaciones de los jóvenes que han protagonizado siete días de rebelión pacífica para pedir cambios legales y políticos en España.
Un hombre sabe que en unas horas llegará un tsunami a la playa junto a la que reside. No puede huir. Vive allí desde hace demasiado tiempo, no tiene dónde ir, todas las carreteras están cortadas. Así que decide esperar.
Algo parecido a esta tragedia anunciada explicaba ayer un dirigente socialista al analizar a media tarde la jornada electoral: “La única duda es si el tsunami nos ahogará a su paso o podremos seguir nadando”.
El tsunami del 22-M dejó al PSOE con su peor resultado de la historia en unas elecciones municipales (27,8% de votos), casi 10 puntos y dos millones de votos menos que el PP, que logró duplicar la distancia que sacó aquel histórico 1995 que preludió la derrota socialista en las elecciones generales del año siguiente tras 14 años de poder.
“Es”, resumió la portavoz socialista Elena Valenciano antes de que se iniciara el lento goteo de malas noticias, “la expresión de un malestar colectivo y legítimo” por el incesante aumento del número de parados. El PSOE perdió 1,5 millones de votos respecto a 2007. José Luis Rodríguez Zapatero asumió como propio el fracaso, reconocer la dolorosa derrota y atribuir el tremendo castigo electoral a los tres años de crisis económica.
El PSOE analizará hoy estos resultados para determinar si el tsunami que vio llegar y no pudo esquivar les permite seguir nadando hasta la orilla de marzo de 2012, fecha prevista para las próximas elecciones generales, según aclaró Zapatero a los periodistas cuando todas las encuestas vaticinaban a mitad de campaña este descalabro electoral.
Elecciones generales. El PP quería una victoria abrumadora como palanca para forzar un cambio mayor mediante el adelanto de las elecciones generales, que ayer ya pidió Esperanza Aguirre. El partido de Mariano Rajoy obtuvo su mejor resultado de la historia con un porcentaje de apoyo (37,58%) que supone casi dos puntos y 400.000 votos más que en 2007 además de una inmensa distancia en concejales con el PSOE (más de 4.500). Fue la fuerza más votada en todas las comunidades donde se celebraron elecciones (salvo en Navarra y debido a su ruptura con UPN) y tan sólo hay dos autonomías donde a partir de mañana no tiene posibilidades de formar Gobierno.
El PSOE obtuvo casi 10 puntos y dos millones de votos menos que el PP
Con esta inmensa acumulación de poder que pinta de azul España, el PP presionará a Zapatero para que adelante las elecciones generales. Rajoy salió al balcón de las victorias para escuchar como los militantes gritaban “Zapatero dimisión” y “Bildu fuera” mientras el líder del PP evitaba pedir elecciones anticipadas e intentaba agradecer el apoyo de los nuevos votantes: “No se van a arrepentir”.Los socialistas confían para seguir hasta 2012 en la estabilidad parlamentaria que tienen garantizada y en que PNV y CiU, sus dos aliados posibles, prefieren nueve meses con un Gobierno necesitado de apoyos antes que un Ejecutivo del PP con mayoría absoluta. “Mi objetivo es terminar la legislatura para culminar las reformas imprescindibles que necesita España”, señaló anoche Zapatero acompañado de una representación simbólica del poder en el PSOE: la vicepresidenta Elena Salgado, el vicesecretario general José Blanco, la ministra Leire Pajín, el portavoz parlamentario José Antonio Alonso y la portavoz del partido, Elena Valenciano.
La batalla autonómica. El PP mantuvo sus mayorías absolutas en todos los feudos donde gobernaba (Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla y León, La Rioja y Murcia) y podrá hacerlo tras el 22-M en Asturias (en alianza con Álvarez-Cascos), Cantabria, Castilla-La Mancha, Baleares. En Canarias y Aragón, donde son la fuerza más votada, deberán cerrar pactos con otras fuerzas minoritarias para mandar. Solo en Navarra y en Extremadura pueden quedarse fuera del Gobierno.
Los populares mantuvieron sus mayorías absolutas en todos los feudos donde gobernaban
La pugna de los Ayuntamientos. El PP amplía su poder municipal en toda España, y obtiene un triunfo histórico en Sevilla para gobernar con amplio margen, una plaza emblemática que deseaban conquistar. El PSOE temía lo peor: la pérdida de Barcelona. El poder en la capital catalana se jugaba por un solo concejal en un recuento cargado de incertidumbre que al final dejó al actual alcalde, Jordi Hereu, sin opciones para repetir en el cargo y a Xavier Trias (CiU) como el próximo regidor de Barcelona con el apoyo del Partido Popular.UPyD, el partido de Rosa Díez, entró en muchos Ayuntamientos de la Comunidad de Madrid, incluida la capital. En algunos de ellos del denominado cinturón rojo donde el PSOE es hegemónico su voto será clave para configurar mayorías absolutas.
Bildu, segunda fuerza política en Euskadi. La coalición electoral formada por Eusko Alkartasuna, Alternatiba y los independientes vinculados a Batasuna, prohibida por el Tribunal Supremo y autorizada por el Constitucional, se convirtió en las elecciones de ayer en la segunda fuerza política en el País Vasco, con votos suficientes para gobernar en solitario en 74 municipios, intentarlo en otros 22 donde han sido la fuerza más votada y condicionar la formación de mayorías absolutas en otros muchos pueblos.
La participación se mantuvo estable en toda España, con un aumento de casi un punto
Bildu cosechaba más concejales que nadie (953 frente a 872 del PNV) y triplicaba en presencia institucional en los Ayuntamientos al PSE, que gobierna en Euskadi.La abstención y el Movimiento 15-M. La irrupción en el ecuador de la campaña electoral del movimiento Democracia Real Ya con una manifestación multitudinaria en Madrid y con siete días de acampada en la Puerta del Sol y en plazas del centro de decenas de ciudades españolas y el extranjero desencadenó todo tipo de teorías sobre su efecto en el 22-M.
Algunos predijeron que la protesta de decenas de miles de personas en toda España causaría un aumento de la abstención como consecuencia del mensaje que lanzaban en las concentraciones contra los partidos mayoritarios —que en las elecciones locales y regionales aglutinan más del 70% de los sufragios— y contra el sistema electoral. Sin embargo, la participación se mantuvo estable en toda España con un aumento de casi un punto. El partido que arrasó ayer en las elecciones municipales y autonómicas, el PP, es el más alejado de cuantos existen en el arco parlamentario de las reivindicaciones de los jóvenes que han protagonizado siete días de rebelión pacífica para pedir cambios legales y políticos en España.
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