...cuando te ataca y no te deja en paz. Sabes que tienes que vencerla pero siempre encuentra un camino para seguir, ahí, haciendo de las suyas, intentando, poco a poco, que pierdas tu voluntad. Hasta que le echas un par (de narices), la plantas cara y la dices: hasta aquí hemos llegado. Sacas fuerzas de donde no las tienes y empiezas a hacer todas aquellas tareas, que por la pereza se han quedado pendientes.
Un hombre con pereza es un reloj sin cuerda. (Jaime Luciano Balmes)
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